
Según Isabel Guerra, sus vocaciones han corrido paralelas desde la adolescencia: fue una niña rebelde que quiso pintar y amar a Dios,. busca al pintar... "la Belleza, la Luz, la Bondad, la Verdad y la Hermosura, con mayúsculas, de donde emana toda belleza entre nosotros. Cada cuadro tiene su propia historia, su vida, y en cada no pone todo su corazón".
“Era una niña rebelde que rechazaba a los maestros. Quería hacerme mi propia escuela. Y no estoy arrepentida”
“Mis lienzos buscan ser carta abierta a los hombres y mujeres de este tiempo, cuyas tumultuosas aguas forman imponente cascada que cae sobre el cauce estremecido del tercer milenio... ¡Ojalá pudieran ser carta dictada por el Sol que nace de lo alto! Una carta claramente iluminada por la Luz.
No creáis que la vida monástica la ha apartado de las preocupaciones terrenas, está convencida de que este mundo no puede gustarle a nadie, su obra contiene un mensaje de esperanza: “la belleza es posible, no todo está perdido”.
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